Mis dos manos bien unidas
señalan el camino:
una al mar y la otra al vino
que en mi falo yo adivino.
En plena Alameda de Hércules, calle Amor de Dios 41, encontramos esta tienda eminentemente sensual, pensada para el disfrute de los cinco sentidos y alcanzar por ello el premio extasiante del sexto.
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